Lamentamos comunicar el sensible fallecimiento de nuestro socio el padre Osvaldo Walker Trujillo, Osa (1934-2017).
Sus funerales se realizaran el 22 de marzo en el Cementerio General después de misa en la iglesia San Agustín a las 14 horas.
Nuestro mas sentido pésame a su familia, amigos y miembros de su congregación.
A continuación reseña publicada en la página del Colegio San Agustin.
Ha fallecido hoy 21 de marzo el P. Osvaldo Walker Trujillo, OSA, sacerdote que fue rector del Colegio San Agustín de Santiago en el año 2008 y del Colegio San Agustín de Concepción durante dieciséis años. Entró muy joven a la Orden de San Agustín y esto lo recordó en un discurso pronunciado el 17 de marzo de 2006 al celebrar sus 45 años de sacerdocio en el auditórium del establecimiento: “Un sacerdote agustino, el P. Luis Gajardo llegó un día a mi casa y le dijo a mi mamá que se llamaba María Guadalupe que si autorizaba a su hijo Osvaldo para irse al Postulantado de la Orden de San Agustín. El asunto previo era que el religioso había invitado primero a mi hermano menor y él le dijo que no, pero que tenía un hermano que casi fue cura, refiriéndose a mí, porque era acólito en San Agustín y a veces cantaba en el coro de la parroquia. Mi mamá le respondió que ella tenía que conversarlo con mi Padre cuando regrese del trabajo. Al día siguiente volvió el Padre Gajardo y le dijo: –Sra. Guadalupe qué respuesta me tiene. –Buena, le dijo ella, Osvaldo puede irse al Seminario, pero con su hermano mayor. –Estupendo, dijo el religioso. Esto era en la primavera de 1947”.
El P. Osvaldo fue buen pastor, un buscador de vocaciones que pudieran servir a Dios y a la Orden Agustina. Profesor, historiador, fue un amante de la cultura y de la Pedagogía Agustiniana. Un fiel servidor de la Iglesia y del prójimo. Conocedor profundo de la historia de la Iglesia Universal y de la Orden de San Agustín, escribió innumerables artículos y libros al respecto. Fue miembro de la Sociedad de Historia de la Iglesia en Chile; desde 1992 también de la Academia Chilena de la Historia, como académico correspondiente, y de la Sociedad Filatélica de Chile. Conocida fue su pasión por la fotografía, aunque no se dedicó a la fotografía artística. Le gustaba fotografiar los momentos de la gente, retener la vida cotidiana, las actividades que constituían la vida cotidiana. Fundador del grupo de scouts del colegio, fue un animador de esa organización hasta alturas mayores de su vida. Solidario, en el colegio participaba en cada bingo o actividad que se hiciera para ayudar a quien lo necesitara. Incansable gestor y participante de actos culturales. Todas esas fueron virtudes suyas, pero sobre todo, fue una persona buena, dedicada al servicio de los otros, donde se lo necesitara allí estaba. Ilustre sacerdote de la Orden de San Agustín, cuya vida fue de entrega a esta, a la Iglesia, a la Historia, a la Educación Agustiniana, al prójimo, a la familia. Un hombre humilde, alejado de los honores y distinciones que podrían haberle dado sus capacidades intelectuales, consciente de que los dones de Dios son para el servicio de los demás o son dones desperdiciados. ¡Que descanse en paz este sacerdote ejemplar!