Don Cristóbal García-Huidobro Becerra, miembro del directorio de la SCHHG, profesor de Historia del Derecho en la Pontificia Universidad Católica de Chile, presentó en 9 de julio la conferencia “Representación política y mandatos imperativos: un mecanismo de intervención y resguardo de intereses provinciales frente al gobierno central en Chile, 1822-1833”.
Señala que, la evolución de la representación política en Chile estuvo marcada por el conflicto entre dos formas de concebirla: por un lado, los mandatos imperativos, y por otro los representativos. En el caso del primero tipo de mandato, el diputado obraba solo como un depositario provisional cuyos poderes eran esencialmente revocables por parte de los detentores primarios y originarios de la soberanía, forma, por lo demás, en que se había concebido la representación en Chile desde la creación del primer Congreso Nacional en 1811, y que había continuado luego de la declaración de la independencia. Los cabildos elegían a los diputados para luego otorgarles poderes de representación e instrucciones, a veces pormenorizadas y otras veces más generales. Esta noción implicaba que los pueblos, entendidos como fuente de la soberanía, no habían hecho cesión de su poder en forma ilimitada e irrestricta, ya que su representante seguía estando ligado a sus electores y respondía materialmente ante ellos o ante la corporación que los representaba localmente, por el cumplimiento de sus instrucciones.
En el caso del mandato representativo, El representante puede tomar acciones y votar o comprometerse, aplicando su propio criterio y según su saber y entender, sin mayor relación u obediencia para con sus mandantes, siendo este mandato absolutamente general y libre. Su origen estaría imbricado en las revoluciones atlánticas, más específicamente las revoluciones inglesas, como también la norteamericana y francesa, que sirvieron de inspiración a muchos de los padres fundadores de las repúblicas americanas.
En esta presentación, se ha puesto en relieve dicho conflicto, centrándolo en el caso chileno, y como este fue evolucionando, desde un modelo de Antiguo Régimen, a otro de carácter moderno.