En enero de 1954 la Universidad de Leiden, Holanda, fue testigo de cómo doce astrónomos sentaban los cimientos de lo que sería el Observatorio Europeo Austral (ESO).
El padre Starischka formó parte de la comisión que buscaba el lugar perfecto para instalar el observatorio y el mismo Heckmann vino a chequear si tanta maravilla era verdad. Arturo Urrutia fue por más de 40 años abogado de la ESO. Cuenta cómo el padre Starischka fue crucial. Llevó a Heckmann a entrevistarse con Julio Philippi, entonces canciller del gobierno de Alessandri. “Recuerdo muy bien la reacción de don Julio, cuando se le expusieron los planes de los astrónomos europeos: quedó como petrificado”, escribió el sacerdote en un editorial en “El Mercurio” en 1997. “Como hombre genial y científico, reconoció en seguida la importancia de este proyecto para Chile. Él se contactó con el Presidente, con la Cámara de Diputados y el Senado y trató, con mucha prudencia, de entusiasmarlos a dar un voto positivo.
Ver articulos:
http://grupos.emagister.com/debate/dios_y_stephen_hawking/1151-745271
http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={27ca4e34-5417-43d9-ac90-e1306ae2b0eb}
http://egiptomaniacos.top-forum.net/t1371p30-noticias
Los jesuitas en Chile (II): el continuador de la obra del sacerdote Haimbhausen